Jesús tomaba en sus brazos a los niños,
y
poniendo sus manos sobre ellos
¡Los bendecía!
El veía en ellos aquella preciosa receptividad espiritual que ellos poseían,
veía en ellos el brillo inconfundible de la VERDADERA FE
¡FE VIVA! ¡UNA FE PURA!
Sin dudas, ni temores
¡Abrían
sus corazones
para recibirlo como su SALVADOR!
…estaban
en medio de la gente, mirando y escuchando atentamente al Maestro,
corrían a su encuentro para ser abrazados y bendecidos por Él…
El maestro veía en ellos lo que anhela ver en los demás,
por
ello, encontramos en Marcos 10:15 esta profunda enseñanza de Jesús:
“De cierto os digo,
que el que no reciba
el reino de Dios como un niño,
no entrará en él”
Marcos 10:15
Los niños a diferencia de la gran mayoría, si supieron reconocer el día de la visitación de Dios en la tierra,
porque el que estaba en medio de ellos era Emanuel, “¡DIOS CON NOSOTROS!” ¡SU LIBERTADOR, SU SANADOR, SU SALVADOR!
¡¡¡BENDITO DIOS!!!
¡AYÚDANOS A SER COMO LOS NIÑOS!
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