¡Dios te ama porque tú eres una persona muy especial!
Vales tanto para él, que en ningún momento, el dudo de enviar a su Hijo Jesús, ¡Para venir por ti, por
mí a la tierra!
Despojándose de toda su gloria, nació como un precioso
bebito, así como cuando tú naciste, con un cuerpo terrenal, él tenía que "nacer en la carne"
Su nacimiento fue anunciado por distintos profetas, uno de ellos, es el profeta Isaías, él escribe así, en la biblia:
"... He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emanuel" Isaías 7:14
Que quiere decir Dios con nosotros, porque queridos niños a través de su Hijo amado "Jesús", nuestro Padre celestial, se estaba rebelando a nosotros.
En sus primeros años de vida tuvo una alimentación muy especial, la Biblia nos lo enseña, en el siguiente versículo Isaías 7:15
"Comerá leche cuajada y miel hasta que sepa lo suficiente para desechar lo malo y escoger lo bueno"
“...leche cuajada...
y miel...
...hasta que sepa rechazar lo malo y elegir lo
bueno." Isaías 7:14-16
También, la Palabra de Dios es comparada con la "leche" y la "miel"
“Desead, como Niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación” 1 Pedro 2:2
"¡Cuan dulce son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca" Salmo 119:103
Así como un manjar muy especial, sabe la palabra pura de Dios a nuestro ser.
No la dejes nunca, ella te hará crecer, sano y fuerte, así en cada etapa de tu vida serás un vencedor y sobre todo te prepararan para la VENIDA DEL SEÑOR JESÚS
Y con esos alimentos físicos y espirituales, Jesús fue creciendo
“Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura y en gracia para con Dios y los hombres” Lucas 2:52
Su sabiduría, en una oportunidad cuando visitó el templo ¡Dejo asombrados a los doctores de la Ley!
...cuando llegó el
tiempo de empezar su ministerio, comenzó a enseñar en las iglesias, en las casas,
A las orillas del mar, o en los montes, Él enseñaba de día...
...Pues vino a enseñarnos, bendecirnos
y entregar su vida por amor.
pago el precio de nuestra
salvación
¡Bendito Salvador!
Sus palabras al leer tu Biblia, en los evangelios, aún las puedes oír tan frescas como cuando las pronunció, ¡porque su palabra ES VIVA!
Cuando aceptamos al Señor Jesús, en
nuestras vidas, su sangre, nos limpia de todos nuestros pecados. ¡Solo su Sangre, que derramó en la cruz puede lavar las manchas del pecado!
Porque cada pecado que
hemos cometido produce una mancha en nuestro interior.
Dios mira, esas manchas y se entristece, porque el pecado sin confesar nos separa de su amor, pero cuando venimos ante el Señor Jesús, confesando nuestros
pecados él, nos
limpia, nos santifica.
Por ello cada día
humillémonos ante Dios…
…Pronto Jesús volverá a recoger a su pueblo, tenemos que ser hallados con nuestras vestiduras espirituales
limpias, viviendo en santidad para subir a su encuentro y así junto a Jesús entrar al cielo.
Tú querido niño, que aún no has confesado tus pecados, al Señor Jesús, no ante un hombre, ni ante una imagen, sino ante la persona real del Señor JESÚS, porque ¡Él vive! y está esperando por ti.
Dale una oportunidad en este día de que él sea real en tu vida...
Puedes Decirle: “Amado Jesús, yo creo en ti, y te acepto hoy como mi salvador personal,
perdona todos mis pecados, desde este día soy tuyo (a)...
…guía mi vida, enséñame tu camino ¡Gracias Jesús!